Han pasado más de dos años desde la última entrada, dos años en los que, muchas veces, he dudado entre matar el blog de manera definitiva o dejarlo morir en el olvido.
Pero hace unos días he vuelto a pensar en él y en las posibilidades que me ofrece de expresarme, de compartir mis ideas, mis locuras o mis pensamientos, así que sin más aquí estamos de nuevo, como uno sólo. Él y yo dos años después, retomando las cosas donde las dejamos.