Este castillo medieval, aunque renovado en el s. XIX, sigue conservando el encanto que nos transporta a mundos de caballeros y damiselas en apuros, de justas y armaduras, de pendones y fanfarrias, de lacayos y bufones.
El entorno y la vegetación que lo rodean, lo convierten en un lugar con una magia especial. Por momentos, esperas escuchar los cascos de los caballos acercándose o los cantos de algún juglar trotamundos.
Cuántas historias encerrarán sus muros de piedra, cuántos secretos, cuántas traiciones.