Consuegra

Cuando pensamos en Castilla-La Mancha, a la mente nos vienen imágenes de grandes llanuras y extensiones de campos de cultivo, en los que el verde y los cerros, especialmente para quienes somos del norte, son una anécdota.

Así son los alrededores de este pequeño pueblo de casitas bajas y tonos tierra, donde la Iglesia rompe la equidad de alturas.

Pero Consuegra guarda un secreto, o más bien lo muestra descarada y desafiante. Desde el Cerro Calderico, el viejo castillo medieval, observa a consaburenses y visitantes, erguido e impasible al paso del tiempo, desde el Califato de Córdoba a la actualidad, atesorando entre sus muros hisotrias pasadas y presentes que jamás desvelará.

Y, en esa ubicación privilegiada, comparte espacio, interés y vistas con los molinos, con aquellos «gigantes» a los que el Hidalgo Caballero Don Alonso Quijano hacía frente en El Quijote, ante el estupor de su fiel Sancho.

Aunque de construcción reciente (datan en su mayoría del s. XIX), nos trasladan a otro tiempo, que no lugar, y, pese a saber que no estará, buscamos entre ellos a aquel hombre delgaducho y largo, enfundado en su armadura, subido a su caballo y acompañado del simpático y regordete escudero, a lomos de su burro.

En definitiva, Consuegra es un mágico lugar en el que, como cantaba Ana Belén, «conviven pasado y presente».

2 comentarios en “Consuegra

  1. Antonio

    Consuegra, era así desde mucho antes de escribir él, bonito, comentario, que tú té atreviste a publicar, sólo hace falta, que más gente, vengan a disfrutar del paisaje inigualable, por tú haberte atrevido a publicar.
    Muchas felicidades y gracias de todo corazón.

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