En estos tiempos donde la tecnología y la inmediatez son la norma, sorprende y agrada encontrarse que aún quedan muchos lugares a lo largo y ancho de esta España mía, esta España nuestra, que cantaba Cecilia, en los que el tiempo parece haberse detenido, como ocurre en Grajal de Campos, una pequeña población (234 habitantes según censo de 2017) de la provincia de León.

A los visitantes los recibe un espectacular castillo, una construcción militar levantada en el siglo XVI sobre los restos de otro castillo anterior, del siglo X. Se le considera el primer castillo artillero en España. Es un impresionante edificio diseñado por el arquitecto Lorenzo de Aldonza, llevado a cabo entre los años 1517 y 1521, por orden de Hernando de Vega, y finalizado por su hijo, Juan de Vega, primer conde de Grajal de Campos. Tiene planta cuadrangular con 4 torreones donde se emplazaban los cañones de mayor calibre. Está construido sobre un pronunciado talud.

Un castillo que quedó abandonado a su suerte en el siglo XVIII, cuando los condes de Grajal dejaron de vivir en el pueblo y que, aunque fue declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931, actualmente se encuentra rellenado de tierra y jamás se ha restaurado.

Una lástima que hayan desaparecido el foso con su puente levadizo y su poterna de entrada, porque eso nos transportaría, aún más, a esos tiempos de caballeros y doncellas de los cuentos infantiles.