A veces creo que la vida es como una gigantesca noria que gira y gira sin descanso. Tan pronto nos sube a lo más alto como nos desciendo a lo más profundo, aunque la mayor parte del tiempo estamos en ese término medio que llamamos tranquilidad.
Con los años he aprendido a disfrutar de esos momentos de paz y sosiego que preceden a las subidas y bajadas.